Sócrates (1971)


Título original: Socrate (Socrates).
Duración: 120 min.
País: Italia.
Director: Roberto Rossellini.
Guión: Roberto Rossellini, Renzo Rossellini, Jean-Dominique de la Rochefoucauld, Marcella Mariani.
Música: Mario Nascimbene.
Fotografía: Jorge H. Martín.
Reparto: Jean Sylvère, Anne Caprile, Giuseppe Mannajuolo, Ricardo Palacios, Antonio Medina, Julio Morales.
Género: Miniserie de TV / Drama / Biográfico / Antigua Grecia.
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2 comentarios:

Tyler Durden dijo...

Supongo que alguna vez habré dejado caer que estudio e intento acabar de una vez por todas con una carrera relacionada con la ciencia económica: Económicas en concreto. No sé si también habré dicho en alguna ocasión que la detesto. Y que a pesar de sus puntos de interés y de que sirve para entender muy bien por qué se rige el mundo hoy día, me parece una pseudociencia lamentable.

Yo siempre he amado, por encima de todo, la filosofía. Sin ella no existiría ni la medicina, ni la ciencia, ni económicas, ni el derecho tal y como lo conoces hoy día, ni nada. Sin ella no seríamos lo que hoy somos, para bien o para mal. Y aunque por circunstancias personales no pude encaminar mis pasos hacia ella, en cuanto acabe mi carrera los encaminaré.

Entenderán por tanto que me interese tanto esta película (más que miniserie) que Rossellini realizó para la televisión italiana (sic... ¡algo así, en los tiempos de Aquí no hay quién viva, suena a quimera!), y más teniendo en cuenta mi amor incondicional a Europa, su cultura y todo lo que ella simboliza, y a ese caldo de cultivo primigenio que fue el Mediterráneo y Grecia en concreto (con el permiso del Egeo, Troya, Mesopotamia y compañía, que ya me caen demasiado lejos).

Somos hijos de Grecia, le joda a quien le joda. Y ser hijo de Grecia significa ser hijo de Sócrates (bueno, en realidad somos hijos de dos padres, Sócrates y Jesucristo, pero dejemos al segundo que no me cae tan bien jaja -bueno, lo que no me cae bien es el tinglado que montaron tras su muerte-), o más bien de la figura que nos ha llegado de él, fuese quien (o no) fuese. Y Rossellini hace muy bien en obviar estériles discusiones sobre la figura histórica de Sócrates dejando constancia únicamente de lo que importa: su mensaje. Y puede que eso deshumanice un poco al personaje y lo endiose, pero es una decisión justa y necesaria (al menos, lo es en mi opinión).

La película está realizada para televisión, he dicho. Y se nota. Por decorados, medios, música (lo peor de la obra en mi opinión) y algunos actores infames, pero se nota un gran esfuerzo y una gran documentación detrás en muchos pequeños detalles, y escuchar el mensaje de Sócrates, igual de actual hoy que en su época, eleva el espíritu, o eso que tenemos dentro y que pueden llamarlo como les de la gana.

Además, hay que agradecer enormemente el esfuerzo de Rossellini, el genio responsable de la fundacional Roma, ciudad abierta o Te querré siempre, por poner un par de ejemplos, alguien que ya no tenía que demostrar nada a nadie, de meterse en la televisión a ilustrar a la gente... me parece sencillamente admirable, no puedo decir otra cosa. Y tampoco es que andemos sobrados de películas sobre filósofos, la verdad, aparte de la enmarañada Wittgenstein de Derek Jarman o Galileo y Más allá del bien y del mal de Liliana Cavani no me vienen a la mente obras demasiado destacables, obviando esta sobre Sócrates de Rossellini y el resto que hizo para televisión (Cartesius, Agostini de Ippona, Blaise Pascal y ninguna más que recuerde -¡ya vale ya!-).

En definitiva, un trabajo del italiano bastante desconocido pero extremadamente recomendable. Te guste o no la filosofía, dale una oportunidad. Por cierto, me encantaría un remake con algo más de batallas pero respetando los diálogos, bajo la batuta de un Nolan o similar... ¡a ver qué salía!

Tyler Durden dijo...

PD: quizá a alguno le sorprenda que haya tardado tanto tiempo en meter en este blog a un cineasta relacionado con el neorrealismo, yo que siempre toco todos los palos... pero qué quieren que les diga: siempre he sido más de Méliès que de los Lumière, porque el cine es un arte, un arte mecánico, y su material está más cerca del sueño que de la realidad. ¿La realidad en una pantalla? Eso sí que es una ilusión. El cine es otra cosa. El cine es Lynch y Michel Gondry y Stalker y Marilyn Monroe, por mucho que James Benning y 13 lagos intenten contarnos (y vendernos) cuentos (cuentos aburridísimos).

¡Ah! Y los hijos de estos italianos, léase Fellini o Antonioni, también tardarán en salir lo suyo (lean esto si quieren saber lo que pienso: http://www.filmaffinity.com/es/review/44106998.html)

Van a ver por aquí muchos más Argentos y Fulcis que Viscontis y Antonionis... el que avisa no es traidor.